Historia de la raza ( perros cimarrones)
- «Dígale a su amo que cuando me falten hombres para combatir a sus secuaces, los he de pelear con perros cimarrones»: José Gervasio Artigas al General Carlos Federico Lecar .
Los perros no domésticos del mundo, ya sea especies originales o, razas producidas por el
asilvestramiento
de razas domésticas que volvieron al medio natural y lograron
readaptarse al mismo muestran un desarrollo físico totalmente distinto a
ésta, por lo cual es altamente discutible que esta raza producida en el
Uruguay como un supuesto modelo de los
perros cimarrones citados en las crónicas y documentos antiguos refleje el porte natural de aquellos.
Todos los perros silvestres del mundo, por lo que se conoce como
"convergencia" a nivel evolutivo tienen patas largas, orejas erguidas,
cuerpo esbelto, salvo excepciones que se dan en climas extremos (orejas
enormes de ciertos cánidos de los desiertos africanos u orejas pequeñas
del zorro ártico).
Hoy día los atributos de carácter de esta raza llamada
cimarrón
la hacen cada vez más popular en Uruguay y la región, siendo empleada
como perro de compañía, guardia y caza, en especial la del jabalí
Cachorro de 2 meses.
Por la preponderante actividad ganadera de estas tierras y la
consecuente abundancia de alimento sin gran competencia con otros
depredadores naturales, el cimarrón se reprodujo en gran número
convirtiéndose - según documentos históricos - en una verdadera plaga y
azote para los habitantes de la campaña y la ganadería.
Hay crónicas detalladas de ataques por parte de jaurías de estos
perros a caravanas y personas, lo que llevó a las autoridades de la
época (fines del siglo XVIII) dispusieran e incentivaran grandes matanzas, llegando a contabilizarse por decenas de miles los perros muertos.
Cada animal muerto era pagado por las autoridades de aquel entonces,
requiriéndose como prueba de la muerte presentar la quijada o el par de
orejas del animal. De esta práctica derivaría el característico corte de
oreja que se realiza a muchas crías recién nacidas, en forma de "oreja
de puma".
A pesar de estas matanzas, «…un buen número de madres con su prole ganaron los montes del Olimar y sobre todo en la sierra de Otazo y en los Cerros Largos», en lo que actualmente se conoce como los Departamentos de Cerro Largo y Treina y Tres
donde numerosos hacendados y terratenientes de ese lugar, aprovecharon
las virtudes de esta raza para el trabajo con ganado y defensa de su
propiedad, comenzando a criarlo, preservándolo del mestizaje.
Adulto
Los rastros modernos de la raza comienzan a hacerse mas públicos a
comienzo de la década de 1980, cuando numerosos criadores de Montevideo,
atraídos por las notables características algunos ejemplares, comienzan
a desarrollar su crianza y estandarización.
Es en 1989 cuando este trabajo comienza a rendir sus frutos, al ser el
Cimarrón Uruguayo
reconocido oficialmente por la Asociación Rural del Uruguay (A.R.U.) y
el Kennel Club Uruguayo (K.C.U.), 20 años después de la primera
exposición de un ejemplar de esta raza en el K.C.U.
Se crea así la Asociación de Criadores de Cimarrones Uruguayos y
junto al K.C.U. se elabora el padrón oficial de la raza, seleccionándose
los perros base de la misma y registrándose sus crías, siendo por
primera vez tatuados con este número de registro.
Esta raza desde su estandarización ha despertado un creciente interés
tanto dentro del Uruguay como fuera de fronteras, habiendo ejemplares
de este perro en diversos países de América, desde Estados Unidos a
Argentina, contando este último país con varios criadores de Cimarrón
Uruguayo.
Otro de los pasos logrados para el perfeccionamiento genético de la
raza llamada Cimarron Uruguayo es la suscripción de un acuerdo entre la
Universidad de la República Oriental del Uruguay, mediante su Facultad
de Veterinaria con la Sociedad de Criadores de Cimarrones para el
estudio de la situación zootécnica y consanguinidad de los ejemplares
inscriptos en sus padrones.
Este largo proceso de estandarización se vio coronado el 21 de
febrero de 2006 cuando el Bureau Internacional de la Federation
Cynologique Internationale (FCI) le otorga al Cimarrón Uruguayo el reconocimiento internacional.
El primitivo perro cimarrón, por su arraigo en el territorio
uruguayo, ha sido desde los comienzos mismos de la identidad nacional de
este pueblo un símbolo de la lucha independentista, reflejada fielmente
en la misiva enviada por el General José Gervacio Artigas en respuesta al Genera Carlos Federico Lecor Conde de la Laguna y gobernador de la Provincia Cisplatina (actual Uruguay) en la cual Artigas expresó que si se quedaba sin soldados para luchar, lo haría con Perros Cimarrones.
Es por esta tradición que esta raza es actualmente símbolo y mascota del Ejercito Nacional del Uruguay teniendo un lugar preferente en los desfiles militares anuales del 18 de julio. En esta ocasión, un soldado del Batallón de Blandengues
(la compañía que en su momento supo liderar el mismo Artigas) cabalga
encabezando el desfile llevando por la brida a un corcel moro sin jinete
junto al cual va un perro cimarrón.